viernes, 15 de octubre de 2010

Salmos 49:1-3,17-20 -La insenzatez de confiar en las riquezas

Salmos 49:1-3,17-20
1.
Oíd esto, pueblos todos;
Escuchad, habitantes todos del mundo,
2. Así los plebeyos como los nobles,
El rico y el pobre juntamente.
3. Mi boca hablará sabiduría,
Y el pensamiento de mi corazón inteligencia.
16. No temas cuando se enriquece alguno,
Cuando aumenta la gloria de su casa;
17. Porque cuando muera no llevará nada,
Ni descenderá tras él su gloria.
18. Aunque mientras viva, llame dichosa a su alma,
Y sea loado cuando prospere,
19. Entrará en la generación de sus padres,
Y nunca más verá la luz.
20. El hombre que está en honra y no entiende,
Semejante es a las bestias que perecen.